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Cuidado con la hiperactividad, pasa del niño 'caspa' al adulto deprimido
Author: Moanack, Gloria
Abstract:
La hiperactividad es muy mal conocida. Y es el motivo por el cual no se suele buscar tratamiento, a pesar de que éste se hace indispensable cuando se quiere buscar equilibrio para el niño y un mejor porvenir para el adulto. No es curable, y es importante aclararlo, sino controlable, y hasta el 85 por ciento de los niños sometidos a tratamientos encuentran una franca mejoría, que les proporciona a ellos, a sus padres, a los profesores y compañeros una calidad de vida muy superior.
Precisamente un grupo de profesionales, dirigidos por el doctor Rafael Vásquez, médico siquiatra de niños y adolescentes, emprendió una investigación para buscar las mejores alternativas de tratamiento para niños que sufren de TDA. Con un grupo de 200 pacientes del Hospital de La Misericordia hospital universitario pediátrico de la Universidad Nacional emprendieron un programa al término del cual el 85 por ciento de los niños presentaron resultados muy favorables. Este programa fue presentado durante el Congreso Nacional de Siquiatría celebrado en Cartagena.
Existen muchos mitos y falsos conceptos en torno a lo que es el Trastorno Deficitario de la Atención e Hiperactividad. Como quien lo sufre es un niño inquieto, que no logra concentrarse, que siempre está con mil proyectos en la cabeza, una cabeza que trabaja a mil, pero que nunca concreta ninguno, como es un niño que sufre de inatención incontrolable, los profesores, padres y adultos en general lo ven como una lacra, el niño insoportable, que 'necesita rejo'.
Full text:
Especial para PORTAFOLIO
Este es un trastorno crónico que de no ser tratado en la infancia lleva a fracasos en la adultez.
Cuando están pequeños y cuando estudian en el colegio, son los niños caspa del curso. Los que alborotan a los demás, desesperan al profesor, nunca atienden y, por supuesto, jamás se están quietos. Y si alguien los molesta, no dudan en lanzarle el puño.
Cuando crecen, se convierten en excelentes profesionales pero llenos de problemas y trastornos. Siguen inquietos, no tienen constancia, olvidan detalles pequeños y grandes y no pocas veces llegan al fracaso.
Son los niños que sufren de Trastorno Deficitario de la Atención con Hiperactividad (TDA), y los adultos que sufrieron del mismo trastorno en su infancia pero que nunca recibieron tratamiento.
El TDA, mejor conocido como hiperactividad, es, como su nombre lo indica, un trastorno. No es el resultado de malacrianza o consentimiento o falta de atención por parte de los padres, o poca inteligencia o demasiada inteligencia. Es un trastorno como tal, que pertenece al campo de la siquiatría, cuya causa u origen se desconoce, que es producido por una alteración en la construcción del cerebro, y que es heredado.
La hiperactividad es muy mal conocida. Y es el motivo por el cual no se suele buscar tratamiento, a pesar de que éste se hace indispensable cuando se quiere buscar equilibrio para el niño y un mejor porvenir para el adulto. No es curable, y es importante aclararlo, sino controlable, y hasta el 85 por ciento de los niños sometidos a tratamientos encuentran una franca mejoría, que les proporciona a ellos, a sus padres, a los profesores y compañeros una calidad de vida muy superior.
Pero, sobre todo, que permite al adulto ordenar su vida, controlar sus emociones y también alcanzar el equilibrio.
La hiperactividad es tan poco conocida que no son muchos los padres o los profesores que acostumbran manejarla. A pesar de que es bastante frecuente: en un curso escolar, es frecuente encontrar que el 10 por ciento de los alumnos sufre del trastorno.
Precisamente un grupo de profesionales, dirigidos por el doctor Rafael Vásquez, médico siquiatra de niños y adolescentes, emprendió una investigación para buscar las mejores alternativas de tratamiento para niños que sufren de TDA. Con un grupo de 200 pacientes del Hospital de La Misericordia hospital universitario pediátrico de la Universidad Nacional emprendieron un programa al término del cual el 85 por ciento de los niños presentaron resultados muy favorables. Este programa fue presentado durante el Congreso Nacional de Siquiatría celebrado en Cartagena.
El paso siguiente es el de organizar cursos para entrenar médicos ya profesionales, y diseñar un programa para el tratamiento de adultos que sufren los rezagos de una TDA no tratado durante su infancia.
Otro de los proyectos del grupo de La Samaritana es concretar la emisión de un programa radial -en una emisora con alcance popular con el fin de educar e informar a los padres acerca de lo que es el trastorno TDA, y orientarlos hacia la búsqueda de un tratamiento.
Existen muchos mitos y falsos conceptos en torno a lo que es el Trastorno Deficitario de la Atención e Hiperactividad. Como quien lo sufre es un niño inquieto, que no logra concentrarse, que siempre está con mil proyectos en la cabeza, una cabeza que trabaja a mil, pero que nunca concreta ninguno, como es un niño que sufre de inatención incontrolable, los profesores, padres y adultos en general lo ven como una lacra, el niño insoportable, que 'necesita rejo'.
Y su problema se convierte en motivo de discordia entre los padres por cuanto desencadenan una situación de 'crianza laboriosa'. Son expulsados de los colegios, son agresivos, fracasan en sus iniciativas y sufren de depresión y ansiedad.
Pero nadie piensa que ese es un niño que sufre por un problema que se le sale de las manos, que le es imposible apaciguar y que lo hace reaccionar mal en contra de su voluntad.
La hiperactividad se detecta hacia los 6 años, y de manera primordial comparando al niño con otros de su misma edad. Y se habla mayoritariamente de niños porque es un trastorno que se hace evidente en ellos, más que en las niñas. Estas también lo sufren pero lo manifiestan de diversas maneras. Sobre todo durante la infancia. Una vez que han crecido y que llegan a la universidad, tanto ellos como ellas enfrentan serios problemas.
La hiperactividad se controla. El tratamiento propuesto y aplicado por el doctor Vásquez y su equipo fijó tres prioridades:
-Información a los padres mediante talleres, para explicarles en qué consiste el trastorno que sufren los niños. Para que se den cuenta de que éstos no son lacras, ni retardados, ni indisciplinados sino que son niños con un problema serio. En el 50 por ciento de los casos, los niños heredaron el trastorno de sus padres.
-Ofrecer a los niños todos los tratamientos requeridos para trastornos o dificultades asociados tales como rinitis, problemas de aprendizaje, dificultades de coordinación
-Diseñar un tratamiento con medicamentos. Contrariamente a lo que se suele creer, existen medicamentos muy eficaces que no producen adicción ni dejan secuelas. Estos remedios son suministrados cuando el niño se encuentra en el colegio, que es cuando se manifiesta la hiperactividad. En ambientes donde se encuentra con una sola persona -por ejemplo el consultorio de un médico el niño es tranquilo.
Con estas tres estrategias, se logra que la imagen del niño cambie radicalmente tanto en el hogar como en el colegio. Tiene buenas calificaciones, los profesores comienzan a ocuparse de él, los compañeros lo aceptan y el niño, finalmente, se integra a su grupo.
Pero, atención: estas estrategias no son pasajeras. Tanto los adultos que rodean al niño como éste mismo se arman de una serie de estrategias que les permiten perpetuar los buenos resultados. Al menor se le enseñan trucos para aprender a controlar su hiperactividad y a concentrarse. Y lo que era una manifestación altamente ruidosa, involuntaria, se convierte en una expresión controlable y positiva.
Hace apenas cinco años, la Organización Mundial de la Salud se ocupó del TDA en adultos. Y de hecho, si el trastorno es mal conocido en niños, peor lo es en adultos.
¿Qué sucede cuando un niño hiperactivo no recibe tratamiento?
Durante los años de bachillerato el trastorno puede pasar desapercibido. Finalmente, los adolescentes suelen ser bulliciosos e indisciplinados. Pero es en la universidad cuando vuelve a manifestarse tanto en hombres como en mujeres.
Son los alumnos muy inteligentes pero desatentos, que no logran concentrarse, que olvidan sus obligaciones y no cumplen con sus responsabilidades. De allí que pasan de un fracaso al otro.
Manifestaciones en el adulto
Sufren de problemas de atención y de concentración Son agresivos e impulsivos (sin poderse controlar) En general sufren de trastornos de ansiedad y depresión Dificultades emocionales de distinta índole Pueden caer con facilidad en adicciones, incluida la adicción al trabajo Tienen dificultades de pareja y pueden sufrir fracasos matrimoniales debidos, en parte, a la dificultad de concentrarse para asumir responsabilidades No alcanzan una buena calidad de vida
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Publication year: 2005
Publication date: Nov 14, 2005
Year: 2005
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Last updated: 2010-06-20
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